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“El informe previo del forense le convence a todo el mundo menos a mí, pero es algo que no quiero compartir con la familia de Ricardo ni con la mía. Bastante mal lo están pasando ya como para llenarles la cabeza de especulaciones” ~ Doce abuelas de Jesús Antonio Vizcaíno Jiménez. No sé si cuando me río tanto leyendo un “thriller” tengo un problema yo o el libro. Doce abuelas ha sido el caso. ¡Madre mía! ¡Qué cantidad de despropósitos! La historia comienza bien, atrapa desde el comienzo y el trasfondo que tiene con relación a la música clásica para mi era un plus peeeeeeero me he encontrado con unos personajes que son un sinsentido, con una forma de actuar que no es para nada natural, con unas lagunas de memoria o con una memoria de elefante que dependía del momento. En fin, que me lo he pasado pipa pero por las risas que me he echado más que por el “thriller” en sí, sobre todo comentando con mis compañeras de lectura. Vamos al resumen. Doce abuelas narra la aparición de un pianista congelado en la casa de su tía. Cuando la policía llega, el cadáver ha desaparecido y posteriormente aparece en un acantilado. Su mujer, que lo estaba buscando por todas las esquinas ya que no contestaba a sus llamadas, se encarga junto con su “mejor amigo” de una investigación de la que la policía pasa totalmente y lo mejor es como estos personajes se dedican a acusar a todo el mundo de asesinato como quien no quiere la cosa. Vamos, no sé como alguno no les ha partido la cara; una población pacífica la de Ribadesella, que es donde se ambienta la novela. En fin, que no sé qué deciros. Esta es solo mi opinión que ya sabéis que soy especialita así que si os llama, leedlo. Si os divertís leyéndolo, mejor. Ahora, bien, los motivos por los que os divirtáis con la lectura de este libro ya dependen de cada uno. Yo me he echado unas buenas risas y más aún comentándolo con mis compañeras que no me explico aún por qué no me odian después de embaucarlas en esta novela. Lo mejor, sin duda, la banda sonora y ese Concierto para piano número 2 de Rachmaninov. ¡Maravilloso! |
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