Es increíble que Alarcón sólo tuviera 19 años cuando escribió esta novela corta. Según cuenta en “Historia de mis libros”, la anécdota la toma prestada de un cuento que le escuchó a su abuela en la infancia. Este relato inicial Alarcón lo "llena de literatura”, a veces con un lenguaje hinchado propio de la época. Aparte este pequeño reparo, esta narración es de las que dejan huella. Destaco las reflexiones existenciales de los capítulos finales y la fluidez narrativa siempre presente en el autor.
|