 |
Curioso en todo, tanto en cómo llegó este libro a mi a su propia lectura y lo que se descubre en ella, una historia que hasta hoy la creía distinta. Calvino no era un tipo para invitarle a cenar, más bien había que alejarlo de nuestra vida, como a todos los visionarios y portadores de la razón y verdad, cada cual que tenga su verdad y si no pienso como tú, no estoy en contra de tí, hoy en día es casi imposible afirmar esto. Me había llegado que a Miguel Servet le quemaron por su descubrimiento de la circulación de la sangre y aquí he descubierto la verdad y, ojo, NO LE QUEMO LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA, había otros librepensadores que también les gustaba jugar con cerillas. Calvino no es muy del agrado del autor del libro, menos mal que no coincidieron en el tiempo, habría salido el Señor Zweig chamuscado. A Castelio no le conocía y ahora ya tengo trabajo para informarme sobre él. Libro curioso, con partes más amenas y otras más farragosas, pero que aporta cultura y conocimientos, por cierto, hay que leer para no repetir errores y no ser un borrego siguiendo a la mayoría, hay que pensar que ni cuesta dinero ni duele. |
>
