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El odio frente al humanismo. Esto sería, básicamente, el resumen de este maravilloso libro, que se lee sin apenas pestañear, entre la compasión y la repugnancia. ¿Cómo es posible que un solo hombre sea capaz de poner en jaque una ciudad con una tradición democrática tan amplia como Ginebra? Sencillamente siendo un hábil manipulador, inteligente estratega, codicioso, pero sobre todo un fanático. Y todo esto asombra en una persona tan inteligente como Calvino, o tal vez no. Su puritanismo le lleva a prohibir un modo de vida con la que no está de acuerdo: conversaciones, libros, peinados, ropas, bailes, fiestas… Calvino se convierte en el Gran Hermano que todo lo controla a través de su red de espías. La vida se convierte en un piadoso suplicio carente de cualquier tipo de libertad. Frente a esto Castellio no puede si no rebelarse, desde su inteligencia, su tolerancia, basada en un amplio conocimiento y una enorme humanidad. Ambos habían coincidido en su época de estudiantes, Calvino profesaba otro tipo de fe, defendía la libertad de conciencia, Castellio no le recordaba tan intransigente, y por eso mismo tenía esperanzas en hacerle recapacitar...nada más lejos. A partir del momento en que se opuso a las barbaridades impuestas, su vida iba a resultar un infierno. Un duelo de personalidades, inteligencias, modos de entender la vida y la religión, de comprender al ser humano. Una obra magnífica de un autor soberbio. |
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