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Hay libros que ya por su original título ejercen un poder atrayente que te anima a leerlo. Me imaginé tanto como podría ser esta historia pensando en título y portada que para nada me esperaba una historia que sorprende para bien, agrada en su lectura y tiene un desenlace tan inesperado que es de esos que te dejan reflexionando una vez concluida su lectura. La de historias que un banco podría contar si hablara, aunque algunos por las pintadas que tienen ya se les intuye. Así empieza este libro con un encuentro fortuito entre Carlos un cincuentón algo cansado de una vida monótona y Helena. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida y se produce en ese momento una de esas casualidades en las que uno cree que son imposibles pero que se dan más de lo esperado. Helena está emparentada con un viejo amigo de Carlos y esto le lleva al recuerdo de otros tiempos, de amigos, de momentos que uno no debe olvidar nunca. La desaparición de Helena lleva a Carlos a buscarla junto a la hermana de la desaparecida y para ello tendrán que viajar a Venezuela donde correrán aventuras, peligros y donde la desaparición de la protagonista lo envolverá todo en un halo de misterio que nos hará dudar de todo y de todos. Un libro que engancha desde el primer momento, la escritura del autor es ágil y además porque en el estilo de Luis Zorzano hay gusto por la escritura y eso a un lector acostumbrado a señalar citas en cada libro le obliga a seguir leyendo Me rindo a los libros que te recuerdan lo importante que es la amistad, la obligación de alejarse de la rutina, la existencia siempre de las segundas oportunidades se tenga la edad que se tenga y por supuesto los libros cargados de sensibilidad que arrancan cierto pellizco a quien los lee. Los personajes están muy bien desarrollados, para ello el autor en una primera parte los presenta con una minuciosidad y un cariño que uno los hace suyos. En la segunda parte la trama se dispara y no da tregua para desentrañar el misterio de Helana hasta llegar a un final del todo inesperado. |
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