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En esta última entrega le toca al amor ser el protagonista, aunque comparte papel con la música (cosa que pasa también en la realidad en la mayoría de las ocasiones, ¿no creéis?). Está ambientada en Vancouver, y como es habitual, las descripciones son espectaculares. de nuevo logra hacernos vibrar con las emociones de los personajes, no me cansaré de decir que me encanta la capacidad de esta autora de transmitir las sensaciones y sentimientos, de hacernos partícipes de cada capítulo, de cada página, de manera que no quieres parar de leer y cuando te das cuenta, llegas al fin de la historia y te quedas: ¿¿¿¿YAAAA???? ¿Qué pasa cuando alguien nunca triunfa en el amor, cuando este sentimiento falta de tal manera que trastorna? Pues eso, que la fuerza de los sentimientos es imparable e imprevisible y no hay nada que detenga la tormenta que desatan. Ni a las reacciones de los que se ven inmersos en esa tormenta. Paralelamente a la parte oscura de la historia, el amor juega al escondite con Andrew y Hanna, haciéndonos vibrar con sus idas y venidas. ¿Qué pasará al final? Ariel, creo que ya va siendo hora de que este poli guaperas siente la cabeza y deje de sufrir, ¿no te parece? Bueno, pues otra gran historia de Ariel con la que la saga queda redonda. No os lo perdáis, no os defraudará. |
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