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Denso ensayo de una de las estrellas filosóficas de nuestro tiempo.En el mismo,en un ejercicio altamente especulativo,se intenta desentrañar el núcleo del idealismo alemán,lo que nos lleva al transfondo pulsional que subyace al ser ontologicamente constituido y que siempre parece escurrirse entre nuestras representaciones simbólicas.Para salir del impasse al que nos conduce está situacion,marcada por el carácter esencialmente ficticio de todo orden simbólico,el autor acude a Lacan.Comprobamos así que,aunque ciertamente debemos elegir y aceptar una pérdida fundamental,es precisamente esa carencia,el trauma mismo de lo Real,lo que impulsa el decurso incesante de la historia,la búsqueda de simbolizaciones siempre nuevas.Habitamos,pues,un horizonte no necesariamente cerrado.El autor va aún más allá.Sobre la base de un paralelismo aventurado del universo cuántico con nuestro mundo simbólico,arriesga incluso una suerte de máximo utópico:el hombre como mediador imprescindible con el abismo de la Libertad primordial.Al final,como vemos,parece todo un poco desmesurado.El libro no carece de interés.Slavoj Zizek posee una basta cultura y domina como pocos el mundo de la filosofia.Como un gran malabarista,nos sorprende con su erudición,unos argumentos apurados al máximo,sus análisis casi siempre sugerentes y muchos guiños cargados de ingenio y provocación.El problema es que su alta abstracción no acaba de aterrizar,de un modo convincente,en la realidad.De ahí la sensación de que todos sus poderosos análisis,todas sus ingeniosas sugerencias,terminan por agotarse en sí mismas.El libro,sumamente denso,de lectura difícil,no acaba de compensar del todo.Hay otras obras filosóficas de mayor interés. |
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