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Una novela sobre la muerte, la pérdida y el duelo escrita con mucha sensibilidad, pausadamente, para poder disfrutar de las descripciones y los diálogos. de esas historias en las que piensas que no pasa nada y pasa todo. Como la lluvia fina o el caer de las hojas en otoño. Chiaki hace un viaje a los recuerdos de su infancia para presentarnos a personajes tan diversos como su madre, rota por la muerte de su marido, la señorita Sasaki que trabaja confeccionando disfraces de animales y vestidos de princesa, el señor Nishioka que es taxista; Osamu, quién sabe escuchar mejor que nadie. Y, por supuesto, la casera de "La casa del Álamo", que tiene un cajón repleto de cartas para entregar a los muertos cuando ella se vaya. Cartas que le entregaron familiares, amistades o personas conocidas. El coste dependerá de hace cuánto tiempo hubiera muerto la persona. Entre lo real y lo irreal, Kazumi Yumoto nos acerca Japón: las celebraciones de año nuevo, los mamedaifuku que tanto gustan a la casera o los programas que escucha el señor Nishioka, las calabazas de serpiente que da el Álamo... Una atmósfera protectora, cuidadora y reparadora que sirve de refugio a Chiaki para, poco a poco, ir sanando la ausencia de su padre. |
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