Quién sabe si mañana seguiremos aquí

El título en español no me decía nada en particular, así que no sabía con que me podía encontrar y ha estado bien, porque el relato del diario de un asesino me resulto entretenido, además que por la estructura de sus capítulos cortos goza de buena fluidez y se lee muy rápido.

Esta lectura es una mirada desde la perspectiva de un hombre senil en el ocaso de su vida que ha sido diagnosticado con Alzheimer, en este escenario su mente empieza a crearle lapsus y pérdidas de memoria en su rutinaria vida, pero irónicamente recuerda fielmente su pasado, un pasado donde tomó la vida de muchos, un serial killer que nunca fue encarcelado, pero de eso hace ya mucho tiempo... 25 largos años de una vida en calma, sin mas asesinatos a raíz de una nueva razón de ser que llenó sus días, su pequeña hija Unji y ahora ante las noticias de un posible nuevo asesino serial, teme por la vida de su único tesoro, su querida hija Unji, así que se pone como objetivo encontrar y acabar con el culpable antes de olvidarlo y mientras aún se siente capaz, ideando así formas para recordar su objetivo: notas, grabaciones y otros, pero su confundida mente le juega en contra, pues ya no sabe que recuerdos son reales y cuales son simple fantasía o fruto de su imaginación.

Cargando con un oscuro pasado e intentando completar su objetivo es que es presa de un encarcelamiento de su propia mente, pues tiene razones para esperar lo peor, ya no tiene seguridad de nada y olvida por completo muchas de sus actividades recientes, cuando algunas situaciones le son completamente ajenas a su entendimiento empieza su decadencia y su tortura, quizás al final si está pagando sus crímenes... quizás.

Una buena lectura corta para un fin de semana.