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Seguramente muchos de vosotros hayáis oído hablar de este nuevo fenómeno de moda que es el escape room. Un juego consistente en una sala con pistas que debes resolver en una hora para escapar.

Como amante del Cluedo y los juegos de misterio, tenía claro que quería participar en una de estas salas, pese a que aún no he tenido oportunidad. Por tanto, poder leer una novela que hablaba sobre ello, era una forma de participar indirectamente, hasta que me enfrente a una de verdad.

Comencé esta novela con ganas, y lo cierto es que me fue atrapando, creando tensión en cada una de las páginas. Sin embargo, no terminaba de convencerme el personaje principal, Max, debido a su personalidad.

Conforme la trama avanza, hay situaciones que a mí me han resultado previsibles, y otras que han logrado sorprenderme, pues Estefanía Yepes logra dar algún giro inesperado a la obra.

El hecho de que se profundice en el oscuro pasado de Max es algo que destaco positivamente, aunque hay aspectos de la vida de Bruno que me han dejado un sabor agridulce (y no doy más detalles, para no desvelar nada), pensando que se resolvería la historia de un modo diferente.

También me gusta el hecho de que cada uno de los personajes tengan una personalidad marcada y diferenciada, teniendo sus virtudes y defectos bien explicados, puesto que no existen ni el personaje ni la persona perfectos.

En cuanto al final, es probable que el epílogo sea prescindible. Pero eso es mi opinión personal, ya que puede dar lugar a confusión, o a muchas interpretaciones. Algo que muchos lectores, a diferencia de mí, puedan encontrar como algo positivo.

¿Recomendaría esta novela? Yo creo que sí, ya que permite al lector desconectar y pasar unas horas entretenidas perdido en su lectura.

Así que, decidme: ¿Os atreveríais a experimentar un escape room?