En este libro, dividido en cuatro partes, Wulf explica que la noción de la libertad, la autodeterminación y la conciencia de uno mismo tiene un origen reciente: El Romanticismo, los escritores y filósofos románticos, y, en concreto, el Círculo de Jena. Las obras de Schelling, Fichte, Novalis, los Schlegel y Hegel irradiaron en sucesivas oleadas que hicieron posible la aparición de otros genios en otras latitudes (Wordsworth, Coleridge y de Quincey, en Inglaterra; Emerson, Thoreau y Withman, en los Estados Unidos; Madame de Stäel, en Francia) y en otras disciplinas (la exploración científica, la música, la pintura); genios que configuraron nuestra visión del mundo, llena de luces, pero también de sombras. Wulf muestra las grandezas y las miserias de las vidas humanas, aunque sean excepcionales, con una distancia amable y crítica al mismo tiempo. No ahorra, por ejemplo, comentarios irónicos acerca del machismo de la época, además de convertir a Caroline Böhmer-Schlegel en la heroína principal de su narración y la encarnación misma de los anhelos del Círculo de Jena. Andrea Wulf deja entrever, con finura, el conflicto irresuelto entre la libertad individual y la responsabilidad colectiva con el que los románticos se atrevieron a lidiar y cuyos frutos cosecharon en multitud de obras maestras y vidas exprimidas al máximo, azotadas por la pasión y conscientes del poder de la imaginación humana para cambiar las cosas. |