Monstruos

Sin tener una idea muy clara de lo que iba a encontrarme, me sucedió que después de leer las primeras páginas pensaba que la historia iba a tirar por un sitio, y luego me sorprendió yendo a otro totalmente diferente. Bobby Bailey acude a una oficina de reclutamiento del Ejército de EEUU, pero por sus circunstancias personales y aptitudes les parece el candidato perfecto para participar en el proyecto Prometeo, un programa que pretende replicar experimentos genéticos utilizados por la Alemania nazi para la obtención de super soldados. Como cualquiera podría imaginar al ver la imagen de cubierta del cómic, el programa no está muy perfeccionado que digamos, pero los monstruos a los que se refiere el título no son los resultados de este programa sino los propios humanos.

El sargento McFarlane se siente culpable por haber puesto a Bobby a disposición de Prometeo, porque aunque es un programa alto secreto McFarlane tiene habilidades telépatas y ha visto lo que les hacen, por lo que decide rescatarle. La huida llevará a Bobby a la casa de su infancia, donde seremos testigos de sus recuerdos previos a la vuelta de su padre de la IIª Guerra Mundial, en la que estuvo destinado en Alemania, y el maltrato al que les somete a su vuelta por lo mucho que cambió debido a su descubrimiento de los experimentos nazis.

Aunque ha sido una lectura diferente a la que imaginé por su comienzo, me ha gustado mucho el enfoque elegido por el autor para contar las consecuencias de los horrores de las guerras y las implicaciones morales de las mismas. Me ha gustado mucho la elección del diario de la madre para ahondar en sus pensamientos, y también es meritorio el dibujo, basado en la técnica de lápiz y tinta, con la que consigue una gran expresividad.