Remake

Me llamó la atención su portada porque de niña adoraba los musicales de Fred Astaire y Ginger Rogers. Me quedaba extasiada con sus números de baile y yo misma bailaba, infatigable.
Pero creo que aquí los no apasionados del séptimo arte se perderán con las constantes alusiones a escenas de clásicos, directores, actores del blanco y negro, diálogos... aunque a mi me encantan.
La historia transcurre en un futuro cercano donde ya no hacen películas nuevas, solo remakes de clásicos, todo digital, sin actores reales.
El protagonista es adicto a drogas de moda e irónicamente se dedica a censurar films antiguos con escenas de alcohol, drogas y tabaco.
Ella es una soñadora que fantasea con el regreso del Cine con mayúsculas, los grandes musicales y sus números de baile espectaculares. Además ADORA a Fred Astaire (igual que hacía yo).

El problema que le veo es el uso del lenguaje, no tengo claro si es la traducción o ya viene de orígen, acabé del "ñaca" hasta la coronilla, sí "ñaca-ñaca= sexo".
Creo que la autora quiere criticar tantas cosas que se aturulla. Nada bueno dice de la sociedad: mentiras, adicción a drogas y sexo, falta de creatividad, censura, abusos tecnológicos... La mayor demostración de debilidad de las personas es que incluso tienen versiones con final feliz (aunque sean ilogicas) para "Casablanca" o "Lo que el viento se llevó".

Resulta una distopía muy cercana a la realidad (es de los años noventa) tristemente iba bien encaminada. Hacía las últimas páginas sucede algo más clásico de la CF que la autora trata en profundidad en otros trabajos suyos.
Es un relato curioso, caótico, no es de las mejores obras de Willis, pero en mis cabeza me hizo bailar con Fred como en los viejos tiempos.
La magia de un buen musical es que te lleva a un lugar que no existe y nunca existirá. La realidad está sobrevalorada, supongo que por eso leo tanto.