 |
3,5 estrellas. Mi querido enemigo es el segundo libro de una serie, pero puede leerse independientemente. La protagonista es Sallie, un personaje secundario de Papaíto Piernas Largas, a quien su amiga Judy le ha dado una tarea que no está segura de querer cumplir: que sea directora del orfanato John Grier. Al principio, Sallie solo acepta diciendo que será algo temporal, un favor para su amiga y su esposo hasta que encuentren a alguien más indicada para el puesto. Sallie no tiene carácter para esto, y ansía volver a su ajetreada vida social. Además, no soporta tener que trabajar con el médico del orfanato, Robin MacRae, un tipo severo y aburrido con quien choca cabezas desde el primer día. Esta se trata de una novela epistolar, en donde lo único que leemos son las cartas que Sallie le escribe a su amiga Judy reportando los progresos que va haciendo día a día. El tono sarcástico de sus cartas es fantástico, y mantiene siempre entretenida la lectura. Aunque la trama es ligeramente predecible, ya que es una historia muy cotidiana, lo que más me cautivó de este libro es su protagonista, Sallie. Adoro su tono energético y ligeramente alocado, y es muy bonito ver cómo de a poco se va enamorando del orfanato y de su trabajo como directora del mismo. Su carácter fuerte y mandón, su aire decidido incluso cuando no sabe lo que está haciendo, es lo que la hacen perfecta para dirigir esa caótica institución. Hay solo dos pegas que le pongo al libro. Por una parte, el final me pareció un poco apresurado, me hubiera gustado saber más sobre la resolución de ese romance que estuvo dando vueltas durante todo el libro. Entiendo que el formato de cartas no permite muchos detalles, pero creo que la autora podría haberse esforzado más. Y por otra parte, hay ciertos comentarios un poco racistas y sexistas que resultan chocantes y denotan que el libro fue escrito en otra época. Fuera de eso, Mi querido enemigo es un clásico precioso, de esos que te calientan el corazón y te dejan con muy buen sabor de boca. |
>
