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Una historia emocionante y llena de aventuras que te engancha desde el inicio. La autora no tiene problemas para sumergirnos en una ambientación perfecta: Elizabethtown, un pueblo de Kansas, a finales del siglo XIX. Enseguida nos vemos rodeadas por las casas de madera, las calles polvorientas, el relinchar de los caballos, los rudos vaqueros y la música y las risas provenientes del salón. Es fácil creer que estamos allí. La trama está centrada en el personaje de Eleanor y en su evolución a lo largo de la historia mientras intenta sobrevivir en un mundo en el que gana el más fuerte; un mundo cargado de prejuicios, en el que, por fortuna, aún queda espacio para la verdadera amistad. Eleanor se ha quedado sin familia tras una guerra cruenta y va en busca de lo único que le queda: su esposo, un hombre al que apenas conoce, puesto que se marchó en busca de fortuna al poco tiempo de casarse y le prometió volver a por ella. Una promesa que no cumplió y por lo que ella se vio obligada a viajar hasta Elizabethtown. A su llegada descubre que su esposo ha muerto, dejándole en herencia un prostíbulo. ¿Qué otra cosa puede hacer, aparte de venderlo, si quiere mantener intacta su reputación? Pero las cosas nunca son sencillas en el Oeste. Sin duda, el personaje fuerte de esta historia es Eleanor. Llega a un pueblo que no conoce y se encuentra en una situación que habría arrancado lágrimas o habría puesto histéricas a otras mujeres. Pero ella se hizo fuerte con la guerra y no sabe rendirse. Es una protagonista que aúna la elegancia y las buenas maneras con la determinación y la firmeza de carácter. Cuando se da cuenta de lo que debe hacer con la herencia, asumirá todas las consecuencias hasta el final, ganándose el respeto y el cariño de los demás. Encontrará su lugar y se entregará sin reservas, a pesar de los obstáculos y las dificultades, y conseguirá, en el proceso, el amor del que nunca gozó con su esposo. Gabriel, el protagonista masculino, queda algo diluido en medio de una historia "femenina", aparece en menos ocasiones de las que me habría gustado, y su amor se desarrolla de manera casi instantánea, robándonos los "mientras", de los que no somos testigos, ya que el tiempo avanza con rapidez. El romance es escaso, con momentos fugaces y poco perfilados. Siento que la autora ha dado mucho más peso a la historia misma de Eleanor. Hay personajes secundarios que me han parecido extraordinarios, como Penny o Hamilton, Templeton o las chicas del Seven Roses. Y ese potente final de la historia hace que los admires todavía más. Una historia muy bien escrita y desarrollada que hace que te bebas las páginas. Si la parte romántica hubiese estado más perfilada y acabada, habría sido una novela redonda.🥰 |
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