Esta es una historia preciosa, romántica y rodeada del aura de la caza de tesoros. Para cada personaje, la búsqueda tiene un significado único y mientras tanto sus caminos se cruzan más de una vez y tienen que aprender a confiar en sus propios instintos y en los demás. Me entristeció un poco que el desenlace tuviera que aguardar tantos años, pero no me defraudó que finalmente llegó y encontraron, no lo que estaban buscando, pero sí lo que se merecían. El pasado es lo que condiciona tanto el presente como el futuro y hay que confiar en uno mismo. Nuestros personajes aprenden de su propia ingenuidad, evolucionan, se liberan de los miedos que los atan al pasado. El amor entre Tate y Mattew se ve empañado por las circunstancias de la vida y por como las enfrentan. Los tesoros valen tanto como nosotros mismos lo valoremos, por eso para cada uno ese valor es diferente. Adoro a todos los personajes, hasta “el malo de la historia”, porque cada uno hace lo que tiene que hacer y crecen dentro de la trama. Y que decirles del estilo de la narración?, impecable como siempre, Nora Roberts es según mi criterio una escritora brillante y versátil, que caracteriza perfectamente los personajes y que tiene una habilidad increíble para describirnos sus mundo de manera que solo tenemos que entornar un poco los ojos para estar junto a los personajes. En este caso casi pude oler el salitre y los restos marinos calentados por el sol; casi pude sentir la caricia de la briza en el rostro y como se mecían mis cabellos al navegar, pude ver todos los maravillosos tesoros que salen de su pluma. Me encantó esta novela, muy romántica pero no dulce que empalaga. |