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El doctor Faraday acude a Hundreds Hall para asistir a una urgencia, sustituyendo a un compañero médico. Desde entonces no podrá separarse del Hall ni de la familia que lo habita, los Ayres (la Señora Ayres y sus hijos, Rod y Caroline). Aunque lo parezca, ni el doctor ni la familia Ayres son los protagonistas de la historia, para mi el verdadero protagonista es Hundreds Hall. Una casa a la que la autora parece que da vida, describiendo con cuidadoso detalle sus estancias y atmósfera. La autora consigue que tengas miedo en las situaciones de mayor calma, te hace temer lo que podría suceder. Te introduce tanto en la historia que cualquier ruido que se produzca en el Hall, puedes llegar a sentirlo en tu propia casa. En cuanto a los personajes, he odiado muchísimo al Doctor Faraday, no me ha gustado nada la superioridad con la que habla a los miembros de la familia y como siempre, para todo, trata de dar una explicación médica y racional, sin abrir su mente a otras posibilidades. La personalidad y evolución de los miembros de la familia Ayres me ha gustado muchos, quería volver con ellos a Hundreds todo el rato, sobretodo me ha gustado el personaje de Caroline, su fuerza e independencia, diferente para su época. |
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