Sol robado

Tras la lectura de este libro puedo decir que me ha gustado, pero durante la misma he podido experimentar varios cambios de opinión. En alguna ocasión no he conseguido conectar con el narrador, que es uno de los cuatro sospechosos de la violación de Lindy. En una de ellas incluso estuve a punto de abandonar el libro, porque me parecía un cretino machista, pero al final decidí darle una oportunidad. Después de todo, no me ha defraudado tanto como yo creía en ese momento.

Como ya he dicho, durante todo el libro, el lector está detrás del violador, a la caza. El narrador es uno de los sospechosos, y es por esto por lo que no es de fiar desde el principio. A veces da la sensación de que está inculpando a otros por minucias como su aspecto, para así lavar su propia imagen con respecto al que le escucha.

La evolución del narrador me ha parecido interesante, ya que parecía que no iba a haber demasiado cambio en este personaje. No obstante, creo que esto es lo que me ha gustado más de todo el libro, el haber odiado al narrador, para después haber visto humildad en él. Con esto ni quiero decir que él ni fuera el culpable, pero recalcaré que la policía tenía el caso abierto y no sabía por dónde continuar, por lo que podía ser cualquiera de los sospechosos, incluido nuestro narrador.

El final sorprende, no por que no te esperaras quien era el culpable, sino por el cambio que sufre el narrador. O por lo menos, a mí me ha parecido sorprendente. Aún así, en mi opinión, no deja de ser un thriller que entretiene, pero que no creo que su recuerdo perdure demasiado en mi memoria.