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Este libro está a medio camino entre la ficción y la realidad: ambientado en la segunda guerra mundial y basado de manera libre en un personaje histórico conocido: Mary Jayne Gold. al final del libro la escritora explica qué es real y qué no lo es de la historia. En la Francia de final de los años treinta la invasión alemana y la segunda guerra mundial parecen quedar algo lejos; hasta allí han llegado refugiados, entre ellos artistas, huyendo del bastión nazi. Nanée conoce a Edouard, un fotógrafo caído en desgracia porque sacó a la luz cosas que no debía con su cámara, y a su hija Luki durante una exposición; poco se imagina ella que escaso tiempo después se verá desafiando las líneas enemigas aprovechando su pasaporte estadounidense para salvar vidas, entre ellas la de Edouard. Es un libro en el que, a ratos, se pasa mal tanto por la época en la que está ambientado como por la propia vida de los protagonistas ya que uno termina en un campo de trabajo, la otra no deja de arriesgar su vida intentando salvar la de otros y la pequeña Luki nos cuenta sobre su soledad y como echa de menos a sus padres. Serán ellos tres los que nos cuenten la historia en breves capítulos desde diferentes puntos de vista. Veremos lo mejor y lo peor del ser humano capítulo tras capítulo, el poder de la esperanza y la fuerza del amor en momentos desesperados. Al principio resulta un poco más lento porque va introduciendo la historia y a los personajes, pero poco después comienza la acción mostrando a personajes llenos de miedo e inseguridades, cuyo mundo se desmorona con rapidez, pero se sobreponen y siguen haciendo lo que deben. Una lectura para no perdérsela. |
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