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El paso por el instituto puede ser una experiencia complicada para muchos jóvenes, pues la adolescencia es una etapa difícil. Pero Ruth, una profesora de lengua que se preocupa y que desea que sus alumnos consigan sus sueños, decide formar el Club de los miércoles, un lugar en el que todos los integrantes se sientan a salvo, a gusto y donde puedan promover el arte y la cultura. Ryan, Iván, Helena, Jian, Melania y Cloe deciden unirse al grupo y, cuando Ruth les plantea interpretar un musical, aceptan sin dudarlo, pues es la oportunidad perfecta de demostrar lo que valen. Así, podrán dejar de lado sus diferencias y dejar de sentirse marginados. Cada uno de ellos está lidiando con algo personal y juntos, formarán un refugio donde se sentirán a salvo. Sin embargo, los malentendidos y los intentos de sabotaje estarán a la orden del día y tendrán que luchar para conseguir su objetivo. La historia que esconde esta novela es maravillosa. Es de esas novelas que te regalan lecciones de vida, reflexiones sobre la adolescencia y sobre cómo es la realidad que se vive en los institutos. Me ha parecido brutal cómo la autora trata temas como el bullying y cómo ha creado unos personajes que evolucionan, que maduran y que se aceptan a sí mismos. Además, la pluma de la autora es sencilla y nos lleva de la mano a lo largo de una narración tranquila y desde las distintas voces de los protagonistas. Ha sido una delicia leer esta historia y estoy deseando leer la segunda parte. Sin duda, les recomiendo que, si les gustan las historias juveniles, le den una oportunidad porque es inclusiva, reflexiva y muy bonita. |
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