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Crítica de AlhanaRhiverCross


AlhanaRhiverCross
04 November 2021
Para poneros en situación antes de empezar a comentaros mi opinión sobre esta historia, os cuento que es una novela algo especial en cuanto a su contexto. En sí misma es un volumen independiente con una historia autoconclusiva, y aun así también forma parte de la serie de novelas “Hasta que Llegaste”, cuyas predecesoras son El Cielo en tu Mirada y El Hielo de tus Labios, que también podéis ver reseñadas por aquí y por aquí. Lo único que las une, además de la calidad narrativa, es que giran en torno a un grupo de amigos a los cuales vamos conociendo por parejas por separado a medida que se van formando. En esta ocasión, la situación de Valeria hasta ahora era algo excepcional dado que formaba parte de ese grupo de amigos de forma más secundaria, siendo la mejor amiga de uno de los anteriores protagonistas, así que no había ningún problema en considerarla una especie de spin-off independiente. Por ello, Ediciones Kiwi ha apostado por María Viqueira con toda la seguridad del éxito de esta historia por separado porque a estas alturas ya es una autora consolidada después de una trilogía de fantasía y otras tres novelas de románticas publicadas.

Metiéndonos más en la trama, la novela se inicia cuando Valeria ve que su vida se ha vuelto algo programada, sin aventura, sin salirse de lo pautado, sin hacer nada espontáneo mientras el resto de sus amigos (Noel, Claudia, Cristian y compañía, a quienes ya conocemos, pero si no, no pasa nada porque aquí son secundarios y no hay spoilers de sus historias) van avanzando en sus vidas. Valeria viaja a Australia siguiendo una serie de locuras escritas en una lista que ha elaborado con sus amigos en una noche de copas, una lista que cree que le servirá para ser más como quiere ser y menos como ha sido en los últimos años. Así que para salirse de su propio guion, decide irse a la otra punta del mundo, irse a estudiar inglés a Cairns y conseguir un trabajo a tiempo parcial para poder mantenerse allí los meses que hagan falta para que su vida deje de ser tan aburrida. Por su parte, Ryan tiene serios problemas para compaginar sus aprietos económicos y su afán por mantener a sus hermanos sin que ninguno tenga que sacrificar su futuro y sus sueños. Así que tragándose el orgullo, decide buscar a su abuela materna a España, a quien no conoce dado que su madre fallecida cortó por completo la relación cuando se fugó de casa siendo madre adolescente. Total, que su “nueva” y recién descubierta abuela le cede con gusto la casita vacía que tiene en Australia para que el chico no tenga que seguir pagando un desorbitado alquiler a cambio de intentar mantener una relación cordial entre ella y sus nietos. Los dos se conocen cuando coinciden en el vuelo a Australia, Valeria dispuesta a comenzar una nueva etapa y Ryan volviendo a su vida. Así comienzan cada uno de los protagonistas que nos van contando su historia desde sus puntos de vista en primera persona en capítulos alternos.

Siempre soy de la opinión que si una novela narra la relación de personas y si el narrador no es omnisciente, lo justo es que sean ambos quienes nos cuenten su propia historia en primera persona porque no hay manera mejor de conocerles a fondo y en todas sus dimensiones. Así podemos ver a Ryan cómo no ha superado la pérdida de sus padres, cómo se carga a la espalda responsabilidades que no le corresponden o cómo intenta volver a reorganizar su esquema de vida para que Valeria encaje en el nuevo plan después de que su futuro se esfumara de un día para otro. A su vez, Valeria intenta reinventarse, convertirse en una nueva Valeria en las antípodas sin gente que la conozca para que así le sea más fácil ser quien quiera ser, sin depender de otras personas y, sobre todo, siendo feliz sin que ello dependa de una relación con nadie, porque no le ha ido bien ni con chicas ni con chicos y no quiere volver a pasar eso. Sin embargo, tampoco es que se cierre al amor, lo que pasa es que lo que suceda en Australia como que tiene fecha de caducidad en cuanto ella vuelva a España, y tanto Ryan como ella son conscientes de ese detallito. Por lo tanto, a partir de ahí tenemos varios conflictos que sirven de alicientes para leer y leer sin parar mientras vemos cómo se va desarrollando la relación entre los dos, que primero empieza siendo de atracción, luego de amistad y poco a poco… ya sabemos.

Por otro lado, hay varios temas secundarios que trata la novela de forma sutil pero que ahí están como la pérdida de seres queridos, el luto y la forma de sobrellevar ese dolor, las relaciones tóxicas y cómo anulan la personalidad de quien las sufre, la búsqueda de uno mismo o de gustarse tal y como se es… Todo ello lo podemos ver tanto en Ryan como en Valeria y se tocan de forma tan disimulada que apenas se nota que en realidad todo eso contribuye a la buena construcción que tienen los protagonistas. Ambos me han gustado, aunque a Valeria le tengo un cariño especial quizás por conocerla de antes pese a que su construcción digamos que es más sencilla y más simple. En cambio, muchos de los aspectos que envuelven a Ryan me han conmovido por lo complicado de su situación: la muerte de sus padres, su responsabilidad con sus hermanos (hasta su propio hermanito pequeño lo llama “papá”, súper tierno pero a la vez súper triste), su pasado y su futuro perdido, cómo dejó de lado sus sueños, su pasión por el mar y cómo la transmite. Debo reconocer que esperaba que la subtrama con su abuela recién conocida diera para algo más que limitarse a poner la casa en la que vive porque parece que la pobre se queda con las ganas de llevarse bien con sus nietos y no vuelve a aparecer, ni con una llamada o algo, así que me da la sensación de que Ryan por el interés te quiero... Por otro lado, el microinfarto dramático me lo da Valeria casi justo al final de la novela, pero simplemente no concebía que la historia terminara con un giro tan trágico (y no, no es ningún spoiler ni nada que le suceda a los protagonistas) pero me ha servido para conocer también cómo reacciona la protagonista ante semejantes imprevistos, la mala suerte que tiene en los momentos críticos y lo unida que está a sus amigos, algo que he sentido real y con lo que he podido empatizar a la perfección.

Por lo demás, esta ya es la sexta novela de María Viqueira que tengo el placer de disfrutar, así que tampoco me sorprende que cada una sea mejor que la anterior en cuanto a calidad narrativa, profundidad en la construcción de los personajes y estilo propio, con un montón de reflexiones vitales y frases para enmarcar. No soy de las que ponen post-its en los libros (y menos en los digitales, ja-ja) pero esta historia sería de las que tendría el lateral plagado de tiras de colores. No es que las anteriores novelas de María no hayan tenido esos detalles narrativos, pero siento que la autora utiliza esos recursos cada vez con mayor soltura y hace que me emocione con las palabras con mayor facilidad. Puede que no sea la historia más compleja que hayáis leído, puede que no tenga la trama más enrevesada que os vayáis a encontrar y puede que sea una historia que hayáis leído decenas de veces con otros personajes o similares, pero este libro tiene algo único y es a una autora detrás que transmite emociones, sentimientos y pasiones de un modo con distintivo propio, que intercala un montón de pequeños guiños, de la cultura pop, de referencias a series, a películas, a canciones… Todo ello suma y convierte a esta novela en inolvidable.

En resumen, una historia de amor con muchas emociones, con dos personajes bien trabajados, únicos y distinguibles, con un fondo muy realista que hacen que nos sumemos a su relación y a todo lo que viven y sienten. Si no habéis leído a María Viqueira, esta puede ser una buena opción para descubrir a una nueva autora. Si por el contrario ya conocéis el estilo de esta autora, disfrutaréis tanto o más que con sus anteriores novelas románticas porque no decepciona ni un poquito, sigue muy en su línea e incluso se supera porque pasa de ambientar la historia en su ámbito conocido como es Valencia, a trasladar a sus personajes al otro lado del planeta, a un entorno idílico al que nos transporta con las descripciones de las playas, las sesiones de esnórquel o la natación entre tiburones. Aunque no conozcáis a María Viqueira, aunque el género esté fuera de vuestra zona de confort, lanzaos a leerla si os llama la atención porque seguro que descubrís algo que os puede encantar, Valeria lo haría.
Enlace: http://enmitiempolibro.blogs..
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