Recuerdo la primera vez que oí a la Callas. Me pasó como con la gran Édith Piaf. Ambas, en diferentes puntos de mi vida, consiguieron desgarrarme porque eran tan pasionales que sus interpretaciones iban intrínsecamente unidas a sus vidas. La Callas no sólo fue grande por su voz y su presencia en escenario, sino por su calidad humana - ella vivió tal como sentía y, aunque se aprovecharon de ella y sacaron mucha pasta a su costa (incluso tras su muerte), nunca consiguieron quitarle su esencia idealista y romántica. Os animo a que investiguéis sobre ella porque, además de ser una artistaza y un icono, ella representa la Callas que todas llevamos dentro y hemos vivido en alguna etapa de nuestra vida: inseguridad, mucho miedo, críticas hacia nuestros cuerpos, abandono, desplantes y comentarios hirientes de gente que no nos conoce de nada y no sabe hasta dónde puede alcanzar el daño. En cuánto al cómic, creo que está bastante conseguido porque transmite su manera de ver la vida a la perfección pero, como siempre, se me queda un pelín corto porque aborda su carrera artística de manera superficial - también os diré, en defensa de la autora, que ella misma dice que no tiene ni idea de ópera y que simplemente quería centrarse en su vida personal (así que, por mi parte, chapeau y a por una cervecilla). |