Un Dios cotidiano

Viñas sitúa la acción de la novela en un colegio salesiano pupilo en la provincia de Buenos Aires durante la década infame, con el trasfondo de la Guerra Civil Española (muy discutida en Argentina debido a la enorme cantidad de inmigrantes españoles que habían llegado en las décadas anteriores). El personaje principal, Carlos Ferré, lucha internamente contra un padre que es un renombrado político liberal y que toda la vida lo ha torturado por no considerarlo un digno heredero, y su afán de acercarse a Dios y ayudar al prójimo perteneciendo a una institución plagada de disputas internas y de prácticas autoritarias. El libro, a través de algunos muy buenos diálogos y monólogos internos, explora conflictos morales como autoridad vs. autoritarismo, libertad vs. libertinaje, convicción vs. fanatismo. Sobre todo ahonda en la cuestión de cuáles son las decisiones, las acciones y los posicionamientos que definen nuestra identidad, y en qué medida se ven limitadas por la presión de los demás.