Arado torcido

En el interior remoto y semiárido del noreste de Brasil -muy distinto a la imagen idílica de interminables playas que podemos tener de ciudades como Río y São Paulo- viven comunidades bajo “arreglos” que parecen un vestigio de la era de la esclavitud. A estas comunidades se las conoce como 'Quilombolas' y corresponden a asentamientos originalmente formados por esclavos afroamericanos e indígenas. Es en el rancho Agua Negra donde Bibiana y Belonísia viven con su familia sin apenas acceso a la educación y en un hogar de adobe porque a los trabajadores no se les permite construir con mampostería pese a haber trabajado la tierra que ha visto nacer a generaciones.

Estas dos hermanas, cuyas vidas apenas han evolucionado con respecto a las de sus antepasados, serán las encargadas de dar voz a las silenciadas comunidades negras, indígenas y quilombolas del país que han estado luchando por sus derechos territoriales durante cientos de años. al comienzo del libro, la curiosidad de las hermanas por el pasado de su familia da como resultado un accidente que deja a una de ellas permanentemente incapaz de hablar y, aunque este acontecimiento las une más durante su infancia, pronto cada una de ellas seguirá su camino: por un lado, Bibiana que comienza a comprender el alcance de la injusticia impuesta a su pueblo, y por otro, Belonísia que nunca saldrá de su pueblo y sufrirá las consecuencias de esa sociedad patriarcal.

He de decir que desconocía totalmente esta realidad que aún afecta a parte de la población de Brasil y que gracias a la edición de @pepitaseditorial me ha descubierto cómo este pasado colonial, liderado por élites blancas que siguen sometiendo a la población afrobrasileña a un régimen de servidumbre análogo a la esclavitud, es aún más severo con las mujeres, las personas más vulnerables dentro de esta sociedad patriarcal.
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