Es un cuento ilustrado precioso, donde se enseña el amor hacia la naturaleza y las letras. Un día, nuestra protagonista se da cuenta de que van a construir en el bosque en el que vive y decide hacer una protesta a través de poemas que ha escrito. Ahí conoce al niño con ramas en la cabeza, y juntos emprenderán un viaje por el bosque, en el que él le contará el gran secreto y lo que ocurrirá. Un canto de amor y respeto al medio ambiente. Perfecto a cualquier edad, lo recomiendo para leer a partir de 5 años y se puede abrir una gran conversación entre niño-adulto. Por último, las ilustraciones representan muy bien la esencia de la trama. Están hechas con un gran mimo y el trazo es muy cercano para un público infantil. Todo un acierto. |