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El cómic que me hace volver a los orígenes es el franco-belga, pero autores como Ed Brubaker en el noir y Brian K. Vaughan en ciencia ficción, ofrecen demasiado como para desoír sus cantos de sirena. Un superhéroe (poco al uso) ya que su poder es el de controlar las máquinas, decide reconducir su vida después de los atentados de las torres gemelas. Cree que la mejor forma de hacer el bien, es dejar su ingenio mecánico a un lado y presentarse a las elecciones a la alcaldía. Es en esa función de alcalde dónde más me llena este cómic, que está plagado de flashbacks de ambas etapas de su vida. No sé si por estar en precampaña, pero ver aunque sólo sea un personaje de cómic, volcado en ayudar a sus conciudadanos más desfavorecidos de algún modo me reconcilia con lo que después suelo ver en los medios de comunicación. Si no conocéis al autor de Saga, Y el último hombre, Leones en Bagdad, Private Eye, es una buenísima oportunidad de conocer una historia de ciencia ficción, con un gran guión en el que no faltan mundos paralelos, idealismo... y un dibujo que no le va a la |
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Crítica de libro_tsundoku
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