Junto a la presencia de otros grandes literatos como Juan Ramón Jiménez, la autora nos presenta personajes con un gran desarrollo, empezando por la propia María Lejárraga que, con respeto y admiración, hace que entre en tu corazón. A pesar de que en ocasiones se hace un poco larga, en parte por la extensión de los capítulos, la narración de Vanessa es muy bonita y sutil. Además, logra transmitir la belleza e importancia de las reivindicaciones. La autora transporta al lector a variados lugares y épocas en los cuales, sin pecar de exceso de descripciones, te permite observar los distintos contextos que María y el resto de personajes tuvieron que vivir. Disfruto mucho de las historias que reivindican un poder de la mujer que se ha ocultado deliberadamente. En este caso, he logrado sentir tan de cerca a María Lejárraga que me encantaría saber más. Esta mezcla de realidad y ficción se hace adictiva y fácilmente disfrutable. |