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La historia en lineas generales me ha gustado, ya que presenta una trama llena de incertidumbre que hace que el lector quiera seguir avanzando para ver qué ocurre. La historia es otra de tantas de detectives que hay en el mercado, en el cual el protagonista es un policía retirado o que no puede ejercer por cualquier motivo y se convierte en detective. La verdad que lo que hace algo original a esta historia es la forma en la que va narrada y cómo se va descubriendo todo, y es que, a lo largo de la trama no se ve una investigación detectivesca al uso, sino que la historia se va presentando mediante el punto de vista, la rutina diaria y los pensamientos de los vecinos de la calle Berlín 109, haciendo muy interesante la lectura ya que da la sensación de que todos esconden algo. Respecto a los personajes que aparecen en la historia, me han dejado fría todos. No he logrado conectar en ningún momento con ninguno de ellos, y es que ha habido algo en la relación que tienen que no me he acabado creyendo. al principio me gustaba cómo estaba planteado todo lo relacionado con la comunidad de vecinos, pero a medida que avanza la historia, todo empieza a desvirtuarse y desde mi punto de vista me ha resultado todo muy forzado y poco creíble. ¿Y qué decir del final? Es un final que me ha sorprendido, pero no para bien precisamente. Me ha parecido un final feliz muy dulcificado, demasiado para lo que requería la historia, y a pesar de ello no ha logrado emocionarme practicamente nada, ya que entre todos los finales posibles, ese era el más improbable de todos. En definitiva, nos encontramos ante una novela entretenida para pasar un rato agradable pero que no va más allá y se queda sólo en mero entretenimiento. |
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