Yawara! Nº 02/20

Segundo volumen del spokon de Urasawa protagonizado por Yawara, la joven promesa del judo que preferiría ser una chica normal antes que un prodigio del deporte.

Una vez destapado el pastel de la verdadera identidad de Yawara, nieta del famoso campeón de judo Inokuma, nuestra protagonista trata de ver el modo de volver a su vida de anonimato, y para ello planea junto al periodista Matsuda que el perder en un combate que sea televisado. La noticia del encuentro sorprenderá gratamente a su abuelo que, aunque tenía pensada otra presentación pública agradece que la idea haya salido de Yawara. El día del combate de exhibición su abuelo no puede creer lo que está viendo, ¡Yawara claramente se está dejando ganar! Y le está costando, porque aunque piensa que se lo está poniendo en bandeja a su contrincante, ella no parece estar a la altura. El caso es que, cuando parece que por fin van a vencerla, Yawara ve a su madre entre el público del combate, que había estado de viaje en busca de su marido (por lo visto debutó en el judo consiguiendo una aplastante victoria y, después de eso, desapareció), y termina haciendo un ippon a su rival sin quererlo.

A partir de ese momento las cosas se complican mucho para la joven, que tendrá que lidiar con las expectativas que todo el mundo deposita sobre ella: los profesores quieren dar fama al instituto gracias a ella y le gestionan becas deportivas para universidades, los compañeros quieren que les enseñe judo, los periodistas buscan la exclusiva, su abuelo sigue erre que erre con que sea medalla de oro en los JJ.OO., etc. Y, como no, la rival número 1 de Yawara, Sayaka, querrá enfrentarse a ella en un torneo oficial para arrebatarle el título de mejor judoka. Por este motivo llevará a cabo un entrenamiento especial con Kazamatsuri, del que ya vimos en el tomo anterior que Yawara está enamorada…así que el follón está servido.

Creo que ya lo comenté en la reseña del primer número pero, aunque esta serie utiliza los típicos enredos y gags de los seinen/spokon, no por ello deja de hacerlo con muy buen tino, creando una obra entretenida y muy divertida.