Es el segundo libro de literatura asiática en el que el calificativo de "thriller" no encaja con la idea que tenemos en este mundo más occidental. Es verdad que la historia parte con un asesinato pero ya desde el principio vemos que la novela no va de eso, si no de la parte más "sentimental" de quién tiene que cometer un asesinato por orden de un planificador. ¿Se puede vivir con esas muertes en la conciencia? Y sobre todo, ¿existe el riesgo de pagar a ser un día la víctima para que esos planificadores borren todas las huellas? |