Tiempos que fueron

Nace la coautora de este libro en Barcelona, el 30 de agosto de 1936, su hermano Óscar lo hará cinco años mas tarde. Esther Tusquets y Oscar Tusquets son los autores.
Haría poco más de un mes del nacimiento de la escritora, cuando estalla la guerra civil, el acontecimiento marcó el devenir de todos los españoles, el de la familia Tusquets también.
Así pues, mismos padres, por extensión idéntica familia, igual ambiente desde el puramente de ubicación domiciliaria en la parte noble de la ciudad, como el que envuelve todo lo relativo al ámbito doméstico, cuidadoras, criadas, biblioteca, animales, objetos , piano, muebles en general, y todas las demás cosas que podrán mirar y sentir en el interior de la casa de sus padres.
La familia de los hermanos Tusquets queda dentro del marco de lo que constituye y significa la condición de alta burguesía barcelonesa.
Aunque hay que señalar convenientemente que, sobre todo, en el ámbito privado y doméstico, con algún derrame al exterior, todos los miembros de esta familia disfrutan de particularidades de carácter que los hace a todos ellos más libres, incluso sus criadas lo serán por contagio.
Aflojan las cintas del corsé social para que aprieten menos. Gozan siendo notables, inteligentes, simpáticos y atípicos en muchas situaciones.
Esther y Óscar Tusquets vivirán arropados por la tranquilidad y seguridad que sus padres les facilitan, a pesar de todos los cambios y consecuencias que se iban dibujando en el mapa de España, como consecuencia del largo conflicto armado.
Han ido pasando los años, un reloj de un ansia indecente los ha hecho pasar, concluir, terminar sin remedio y sin conservar conciencia clara de ello, hace ya tantos que ambos salieron del domicilio familiar…
Diremos que han vivido, han cambiado, se han alejado y acercado, en definitiva han estado viviendo y eso tiene todo tipo de consecuencias, algunas, ahora ya lo saben, llevarán el sello de lo irreversible, otras, sencillamente, no lo serán.
A una edad ya más que madura, concretamente en la vejez, deciden reunir sus experiencias de existencia en este libro, un libro a dos voces, a cuatro manos persuadidos de que las experiencias, los recuerdos de una y otro no serán tan distintos, ya que bebieron de fuentes comunes.
Habrá una profunda sorpresa, un asombro que late cuando observan la multitud de divergencias, de separaciones en la interpretación que cada uno hace de aquellas cosas que acontecieron cuando tenían un trato profundo, tanto en el ámbito personal como en el familiar.
No terminan de entender como pudieron vivir el mismo hecho, exactamente el mismo hecho, de un modo tan profundamente distinto, y ese es el carácter precisamente del libro y la función que tiene.
Los dos son completamente conscientes de que se trata de confesiones, cuya función, podría parecer, es la necesidad que surge a una edad, para poder comprender y que sean posibles algunas paces.
Me ha gustado, a través del libro he podido conocer a Esther Tusquets como mujer, como persona, como editora, como escritora y a Oscar Tusquets como hombre, como arquitecto, como editor, como pintor y como escritor.
Significar también las llamativas diferencias de todo tipo, que establece la sociedad de cada época con el fin de hacer diferencias de calado, entre las posiciones y posibilidades de una joven en oposición a un joven.