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La historia se articula en torno a una trama fantástica bastante clásica, un mundo paralelo al que los personajes acceden atravesando un espejo, pero esta parte de la trama queda rápidamente relegada a un segundo plano. Más bien se trata de una novela sobre la soledad, los sentimientos de insuficiencia y la amistad, en la que la autora denuncia el bullying y critica el sistema escolar japonés, centrado en el rendimiento y el conformismo. Me sorprendió gratamente esta novela poco convencional. He de admitir que al principio el tema del acoso me hizo temer caer en una predecible superioridad moral, pero ninguno de estos temores estaba justificado. La historia nos la cuenta en el presente Kokoro, una niña de doce años que ya no va a la escuela secundaria porque sufrió acoso y eso le dejo secuelas. La joven pasa sus días sin hacer nada cuando de repente se ve atraída a través del espejo hacia una misteriosa mansión. Allí conoce a otros seis adolescentes (dos niñas: Aki y Fûka, así como cuatro niños: Rion, Masamuné, Subaru y Ureshino), con quienes poco a poco comienza a establecer vínculos. Ya sean antisociales, inadaptados o tengan dificultades de aprendizaje, los personajes del libro luchan por integrarse en la escuela. El castillo detrás del espejo se convierte en su “espacio seguro”, un lugar tranquilo donde finalmente pueden ser ellos mismos. Pero abrirse a los demás y aprender a confiar lleva tiempo, especialmente para estos adolescentes dañados que tienen dificultades para expresar sus emociones, demasiado enredados en las reglas de la cortesía, el deseo de preservar las apariencias y el miedo a ser juzgados. Probablemente, este sea un comportamiento típico japonés. Cuando me presentaron estos seis personajes, tenía miedo de no diferenciarlos, pero la autora logra desarrollar personalidades que son lo suficientemente distintas como para que podamos orientarnos fácilmente. Este es uno de los grandes puntos positivos de esta novela: los personajes son realistas y tienen matices, al igual que sus situaciones y sus relaciones. Los protagonistas no son ángeles perfectos que son víctimas de la crueldad de los demás. Son víctimas, ciertamente, pero tienen defectos, fallos. Es una novela bien escrita. Allí se describen muy bien los sentimientos de los jóvenes en dificultades. Es un libro atrevido, que aborda temas tabú en Japón, como el abandono escolar y el suicidio, y da voz a aquellos olvidados por el sistema. El gran punto fuerte de esta novela es hacernos sentir emociones fuertes sin que pase nada increíble. Es una historia que suena a verdad, que no simplifica. Es una historia que da esperanza. La trama en sí no es emocionante, pero está respaldada por el desarrollo de las relaciones y los personajes, lo que evita que nos aburramos. En definitiva, un muy buen libro, que recomiendo no solo a los adolescentes sino también a los adultos. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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