La misión de Sennar

El libro comienza con un breve resumen de lo ocurrido en el primero y se mantiene en la misma línea de acontecimientos. Sigue habiendo acción, pero menos que en el anterior y tampoco son escenas excesivamente sangrientas. El ritmo es fluido y constante.

Aprovechando que la ambientación del Mundo Emergido está bien asentada gracias al primer libro, la autora introduce elementos de tensión y elabora historias paralelas que enriquecen la novela y la hacen aún más adictiva y entretenida.

La prosa es ágil y adquiere tintes más siniestros y retorcidos. Los personajes se ven asaltados por dudas y pensamientos oscuros que pondrán a prueba su carácter y determinación. La historia se torna más madura, ya no se trata de las vidas de unos niños en un mundo roto por la guerra, ahora veremos las experiencias de dos jóvenes que tienen en sus manos la posibilidad de cambiar el destino.

De nuevo, los personajes son la parte importante de la historia. Ahora conocemos más a fondo a Sennar: su forma de ser, inquietudes, sueños... Es el único que me tuvo descontenta desde el principio. Es un chico bueno e inteligente, pero peca de precavido y parece que no tiene sangre en las venas. En cambio, luego se muestra fantasioso e insensato; no me terminan de convencer sus extraños cambios. Y todos sabemos que está enamorado de Nihal, pero no se atreve a dar el siguiente paso, ¡ni siquiera es capaz de frenar los coqueteos de otras chicas! La verdad, los capítulos del joven mago no me gustaban tanto como los de Nihal, quien empieza a madurar y tiene una vida mucho más interesante.

Por último, el desenlace es de los mejores que he visto. Es un final explosivo, te deja con ganas de saber más. La autora no busca renovar el género con su trilogía, sino disfrutar y explotarlo con un sentido más práctico. ¡Y lo consigue!

Os aviso que si leéis antes la nueva trilogía Las guerras del Mundo Emergido, os chafarán toooooda la trama de las crónicas. Así que, ¡OJO!

Saludos ;)