Numantia

Solo un hombre equilibrado, locuaz y muy versado es capaz, en su ingenio, de llamar a las promesas más selectas de esta Roma que hoy visitamos,"El contubernio de los pedos"

De estos artistas que combinan aflautadas músicas con perfumes delicados destaca aquel que emergía como un vendaval en "El primer senador de Roma"
Tiberio Sempronio Graco. Nieto directo, de Escipión el Africano.

Sepa, Juan, disculparme que en su MAGISTRAL obra, sean las flautulencias, por donde un servidor comience, pero prometo intentar compensarlo.

Dicho lo cual (de esto tenemos que hablar):

Numantia es la continuación cronológica de su primogénito, aunque puede leerse por separado (cosa que nunca recomiendo)

La novela del navarro discurre por las rebeliones celtíberas y lusitanias en Hispania cuyos mayores baluartes son Viriato por un lado y la "épica" resistencia de Numantia por el otro.

El desenlace de esta última acontece al final del libro con una asombrosa recreación del asedio de Emiliano con todo lujo de detalles.

Si excelente es lo bélico, mucho más lo es lo político. Ambas tramas, discurren en paralelo, pero las batallas dialécticas en el senado, son, sin duda, la mayor de las muchas virtudes del autor.

Claudios y Escipiones enfrentados. Corrupción y demagogia de la que han aprendido nuestros políticos actuales, intrigas y codicia como menú del día.

Todo vale para ascender en el cursus honorum particular o defender los latifundios expoliados al pueblo por hombres principales que engordan sus barrigas y sus cuentas mientras Roma empobrece y a sus ciudadanos nada les queda por lo que luchar.

Hasta que nuestro joven Graco abre la caja de Pandora con su famosa ley agraria que desatará la ira de los Escipiónes, con las consecuencias que aun por conocidas no pienso desvelar.


Un libro que desciende a las miserias de los hombres principales de un imperio al borde del colapso y, al origen del final de la república, donde el autor da punto y aparte, dejando la puerta abierta a, quizá una tercera entrega, pero entregándonos un final.

Novela casi sin tacha, que he disfrutado cuán gorrino panza arriba.