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Después de que el primero me destrozara el alma en las últimas páginas, este te la hace en mil pedazos tal y como indica el título. El dolor que siente Tessa durante casi todo el libro es desgarrador, cada palabra que escribe la autora la sientes propia y real, relacionándola con tus experiencias personales. Es inevitable no empatizar con el libro, yo viví toda la historia como si me pasara a mi y no sólo lo doloroso. Como viven su amor con esa intensidad es maravilloso y admirable pero a su vez tóxico. Hace poco lo leí por segunda vez y se hizo un poco pesado pero sin duda es absorbente.
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