Es una libro que te tratapa desde las primeras páginas. Nos encontramos con dos historia narradas en dos épocas diferentes destinadas a unirse. Una en Vitoria, en el 2008 y la otra entre los años 1934 y 1955. En el 2008 nos encontramos con Elvira. Ella encuentra unos buzones tirados, los recoge para reciclarlos y se da cuenta que es uno de ellos se encuentra una carta. Decide investigar el contenido de la misma y se ve sumergida en un problema ya que pertenece a Benito, un hombre que desapareció hace 6 años. Por otro lado, entre 1934 y 1955, nos encontramos con Benito, un hombre trabajador, en un principio es mesero y luego labrador. Su historia ronda al rededor de la guerra. Las historias logran unirse en un solo desenlace. Parece que estuviera destinada la carta a encontrarla Elvira y resolver lo que sucedió con Benito. La autora logra transmitirnos en detalles los sucesos de la guerra y hace que sea un poco dura de leer. En cuanto a los personajes, están bien detallados; uno llega a sentir cierta cercanía y simpatía por ellos. Es una novela que disfrute mucho, de lectura muy amena y ágil. Los sucesos bien descriptos y nos mantiene a la expectativa durante todo el relato. Les recomiendo este ejemplar aquellos que les gustan las historias de misterios, con una pizca de policial y los giros inesperados. |