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Un cómic flojito en todos los sentidos, que empieza con una premisa atractiva que se autodestruye a sí misma a fuerza de repetición, incoherencias y situaciones mal hiladas. El dibujo es plano, aunque medianamente eficaz. La historia comienza cuando una chica abandona a su novio en mitad de la noche y se marcha con su nuevo ligue. Una vez juntos, la chica -que está buena del carajo- le dice al ligue que se ha dejado la crema anticelulítica (no podía ser algo más creíble como un colgante de su abuela, por ejemplo) en el piso del ex, y que si la quiere que vaya a por ella. El otro, y he aquí la segunda tontada, decide ir, y cuando llega encuentra que el ex ha sido degollado. Y en vez de poner pies en polvorosa, piensa que ha sido la chica quien lo ha hecho y decide limpiar la pifia y enterrar el cadáver. Y a partir de aquí, todo se convierte en una trama entre tarantiniana y rollo David Lynch, pero en malo. Y no quiero contar más. Quien lo tenga, que saque sus propias conclusiones. Lo único valorable es el buen ritmo narrativo que tiene. Vertiginoso, diría. Una pena, porque la idea, bien jugada, podría haber dado bastante de si. |
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