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¿Es posible que un ser humano sea capaz al mismo tiempo de lo peor y lo mejor? Kim Thúy tiene clara la respuesta: no existen las pasiones puras; el odio más recalcitrante puede estar entreverado con el amor más genuino. Así es como la autora a través de pequeños capítulos que desbordan sensibilidad, desgrana la tragedia del pueblo Vietnamita. Cuenta la historia de tres generaciones marcadas por la guerra, entrelazando personajes: huérfanos, soldados, prostitutas; cada uno retratado con las palabras justas. Se me hace difícil describir cada suceso de los que Kim nos habla, porque son muchísimos, y puede que en medio de la lectura no se llegue a comprender la relación con cada uno; pero sepan que a medida que avanza el libro, la historia se va uniendo por completo. Lo considero un libro tremendamente duro, pero a la vez es un libro que agradezco haber leído. Esta dicotomía también se refleja en la escritura de Kim Thúy, donde se ve el contraste entre el horror y la belleza con respecto a lo que nos cuenta y cómo nos lo cuenta. |
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