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Como siempre ocurre, Disney nos tiene acostumbrados a unas historias endulzadas y muy diferentes a lo que nos cuenta la historia original. Por ello, cuando empecé Pinocho me quedé asombrada de la oscuridad y las grandes diferencias que había con la adaptación infantil. Pinocho es detestable, un muñeco de madera egoísta, malcriado, lo tiene todo para que lo odiemos. Además, hace alguna cosa que si un niño lee igual alucina un poco. El final era el que me esperaba y conocía pero un tanto diferente a la vez. Lo que sí enseña a los niños y que todos sabemos, es que hay que portarse bien y tratar bien a la gente, no mentir, etc. |
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