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Creo que es importante hablar de la persona que hay detrás de los grandes ídolos de la Historia, y cada vez es más conocido que Picasso sería un gran pintor pero fue una malísima persona. Para muestra, este libro. Aquí se habla de las ocho parejas que el artista tuvo. Definirlas así es triste, pero sirva solo para crear un lazo de unión entre ellas, porque todas fueron grandes mujeres y la mayoría grandes artistas (desde pintoras a bailarinas, pasando por fotógrafas y poetas), pero todas quedaron anuladas por este hombre, común a todas en calidad de pareja. Picasso las esclavizó, siendo modelos (pintadas todas ellas cientos de veces por el malagueño), secretarias, cuidadoras, enfermeras, madres, sirvientas... Todo para que él pueda pintar tranquilo. Y da qué pensar. Da tanto para pensar como que, sin ellas, probablemente, él no sería para la Historia del arte quien es. Y sabe que las necesita, así que las recluye, a nivel físico y mental. Un encierro entre cuatro paredes, un encierro en su propia mente, que las vuelve vulnerables y dependientes. Es terrorífico el patrón de conducta tan milimétrico que él sigue con todas ellas. Y cuando se cansa, llega el abandono, y tras el abandono, la enemistad. Y ninguna mujer desvalida querría tener que enfrentarse a un hombre poderoso amado por todo el mundo. Ese es el desgaste final. Es tan fuerte la lectura de estos relatos, tan traumática, que hay que leer de manera espaciada. Y Tenenbaum, lejos de quedar asfixiada por el relato, se pone creativa, contando cada historia, a cada mujer de una manera: desde el relato epistolar, al relato de teatro, al diario... Con cada nueva mujer, llega una nueva sorpresa narrativa. No todas funcionan igual de bien en mi opinión pero valoro el esfuerzo teniendo en cuenta que este es el primer libro de ficción de la autora. Y por si fuera poco, Tenenbaum no las reduce a ser la pareja de, sino que estos relatos son pequeñas biografías, porque se trata de rescatar a estas mujeres. Y como, precisamente todo esto se trata de rescatar, aquí dejo sus nombres: Dora Maar, Jacqueline Roque, Marie-Thérèse Walter, Françoise Gillot, Olga Khokhlova, Eva Gouel, Geneviève Laporte y Fernande Olivier. |
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