La obra magna de Naoko Takeuchi arranca desde el primer momento con una oferta que la mayoría decidirá comprar al presentarnos la atractiva idea de un equipo de guerreras destinadas a pelear por el amor y la justicia. Un planteamiento que a día de hoy puede no resultar novedoso, pero contextualizando en su época fue un cambio importante al toparnos con anterioridad a simples brujitas que se encargaban de arreglar pequeños problemas en solitario y no un grupo de heroínas a las que el mundo necesito para vencer, en esta ocasión, a la reina Beryl. Si tienes curiosidad por conocer a una obra fundadora que a su vez supone una interpretación diferente a su contraparte animada deberías darle una oportunidad a Sailor Moon. |