Conocí a Gulliver siendo niña. Me llevó a Liliput y al país de los gigantes (siempre me gustó más su estancia con los liliputienses) y me lo contó de modo que una niña pudiese comprenderlo. Gracias al trimestre viajero del @clubclasicosjuveniles lo he acompañado no solo a Liliput (ya sabéis, la imagen de unos hombres diminutos que lo mantienen atado)y Brobdingnag (así se llama en realidad el país de los gigantes), sino también a Laputa (y otros países que ni voy a escribir porque esta tercera parte me ha parecido un pestiño) y Houyhnhnms (la mejor parte de todas con una inversión de papeles entre caballos y humanos). La crítica social se hace patente en cada una de las partes, pero ese último viaje (el más largo) hace que su visión del mundo en general y de los yahoos en concreto cambie radicalmente. Solo por esta última parte merecería la pena leer esta historia. |