Y, de repente, un beso

Conocí a Calista Sweet en el I Encuentro Huelva Romántica celebrado el pasado mes de abril. Este tipo de encuentros permiten acortar distancias entre lectores y autores y, la verdad, es difícil no sentir curiosidad por aquellos cuyas historias aún no han caído en tus manos. Fue exactamente eso lo que me ocurrió con Calista, así que cuando me ofreció su novela La leyenda de la mariposa azul no pude decir que no. Pero fue pasando el tiempo... y aún lo tengo pendiente, así que cuando me enteré de que el blog Leemos Juntos organizaba una lectura conjunta de Y de repente, beso, adquirí la novela y me metí de lleno, me pareció la mejor forma de compensar a Calista por mi demora con su otra historia.

En Y de repente, un beso he descubierto a Calista Sweet y su capacidad de contar con elegancia y pulcritud narrativa una historia de amor. Me ha maravillado su forma de escribir, sus símiles tan cercanos y ajustados, su vocabulario escogido sin caer en la pedantería, su ritmo... Me he visto sumergida en una trama con la que he estado conforme a un noventa por ciento y que ha sabido atraparme por su forma de ser contada.

Alex y Nina son amigos desde la infancia, su relación es tan especial que ya no saben vivir el uno sin el otro pero dar un paso más tampoco entra en sus planes (al menos reconocidos). Marta es una locura que se cruza en la vida de Alex, un beso desconocido e inesperado que lo sumirá en una obsesión por encontrar a esa chica arrebatadora que una vez se cruzó en su camino. A partir de entonces todo cambia, su relación con Nina... su propia vida... Alex será arrastrado por Marta en una espiral en la que más que encontrar lo que busca, se perderá a sí mismo. Y hasta aquí puedo contar.

Calista se sirve de nuestro protagonista para contarnos qué está sintiendo en cada momento, para ir poniéndonos al día de lo que ha sido su vida y, más concretamente, su relación con Nina. Capítulos del pasado y del presente de Alex se van alternando sabiamente, relacionando los acontecimientos y convirtiendo los saltos temporales en transiciones fluidas. El narrador en primera persona es el idóneo para poder comprender a Alex y lograr cierta empatía. Yo confieso que me ha costado trabajo. Me ha resultado complicado asumir esa tóxica obsesión por Marta a raíz de algo tan fugaz como el beso robado de una desconocida, no niego que pueda ocurrir pero me resultaba difícil de entender.

Y así, con la acidez que me producía el comportamiento de Alex y la dulzura y placer que me provocaba la prosa de Calista, fui descubriendo a Nina y reconociendo que podríamos ser muy amigas y a la par condenando a una Marta caprichosa e imprudente en todos los sentidos. Y fui avanzando y llegando a lo mejor de la novela: su giro final, inesperado, de los que deja con la boca abierta y pone un poco de cordura a tanta locura.

En conclusión, Y de repente, un beso puede hacer las delicias de los amantes del género y animar, a todos aquellos a los que como a mí les convenza la forma de escribir de Calista, a seguir aproximándose a sus historias.
Enlace: http://www.tejiendoideascosi..