UN PAR DE ZAPATOS Y UN MENSAJE INESPERADO: Tener secretos no es malo

¡Ayyy! qué pellizquito nos deja siempre Calista en el corazón. Nadie escribe con su sensibilidad y ternura.

Bien, no sabemos por dónde empezar, nos desborda todo lo que diríamos, pero intentaremos ir por partes y no dejarnos nada en el tintero.
Nos encontramos frente a una historia de amor, de superación y esperanza. Una trama que va revelando al lector pinceladas de un romance apasionante, a veces triste, otras abrumador, pero siempre rebosante de amor.
Una historia envuelta en un misterio que, pese a que el lector crea que sabe por dónde va, no lo sabe.
El marco incomparable de su Sevilla, la de Calista, y ahora también, un poco la nuestra. El carácter de sus gentes, su tradición, su cultura. Como ella misma dice, la ciudad se convierte en un personaje silente que nos acompaña en la lectura.
Los personajes son humanos, reales, de patio corral sevillano, tan de verdad que los imaginas hablándote al oído.
Calista enamora con su forma de contar, con su vocabulario siempre culto, siempre exacto, nunca pretencioso. Enamora con la pasión que transmiten sus palabras por aquello que describe. Y, personalmente, a nosotras nos enamora cada vez que cita a un autor clásico, deformación profesional, quizá... O simple amor por la literatura y de eso Calista tiene para dar y regalar.
Calista, por favor, que la marejada nunca deje de tirarte del corazón.