Mejor muerto

Vuelve Marcela Pieldelobo en esta tercera entrega de la serie, y lo hace en plena forma, sin dar ninguna muestra de desgaste. Es más, me atrevería a decir que la serie va mejorando con cada nueva entrega, y esto es gracias a que la autora tiene pillado a la perfección el punto al personaje de Marcela, protagonista indiscutible de la serie.

Francisco Sarasola, un importante promotor inmobiliario de Pamplona, ha desaparecido sin dejar rastro. Cuando días después de su desaparición, su familia recibe un vídeo que le muestra malherido, exigiendo un millón de euros por su liberación, la Inspectora Pieldelobo topará con una familia que no parece muy interesada en salvar la vida del patriarca, destapando un entramado de chantajes, amenazas, extorsiones y odios familiares.

Aunque casos independientes, es recomendable leer la trilogía en orden para poder seguir la evolución de Marcela, un personaje que es el alma y eje central de la serie, y cuya conexión con el lector es fundamental para disfrutar la lectura. Cuando la conocimos, Marcela había tocado fondo. Su pasado traumático y su conflictivo divorcio la convirtieron en una mujer rota, desconfiada y muy cauta a la hora de establecer relaciones personales. Cuando parecía que todo en su vida empezaba a marchar y que por fin estaba saliendo del pozo en el que se encontraba gracias a las nuevas personas que aparecieron en su vida, la inestabilidad y las dudas han vuelto a hacer acto de presencia.

Marcela es un personaje complejo, muy bien definido, con múltiples capas y repleto de contradicciones, que se siente muy real. Continúa siendo muy orgullosa, le cuesta dar su brazo a torcer, aceptar la autoridad o acatar las normas. Aunque proyecta una imagen de mujer fuerte e independiente que no necesita nada ni a nadie, en el fondo se siente frustrada consigo misma y hace todo lo que está en su mano para generar en los demás ese mismo rechazo hacia ella, como si creyese no ser merecedora de ninguna de las cosas buenas que le pasan.

Este constante autosabotaje hace que en ocasiones el personaje pueda provocar cierta antipatía en el lector, pero el hecho de saber de dónde viene hace que, aunque no puedas justificar ciertas actitudes, si puedas llegar a entenderlas. Como vieja conocida que es, te gustaría poder decirle cuatro cosas cuando ves que se está equivocando.

En esta ocasión contará con un nuevo compañero, el Subinspector Vila, que servirá para mostrar las dificultades que implica el tener que empezar a trabajar con una nueva persona cuando ya tienes una manera muy marcada de hacer las cosas. Aunque en un rol secundario, este ya da señales de tener una personalidad un tanto contradictoria que podría dar bastante juego en futuras entregas.

“Mejor muerto” es la más coral de las tres novelas que componen la serie hasta la fecha, al no centrarse exclusivamente en la figura de Pieldelobo. Poblada de personajes moralmente reprobables con más sombras que luces la mayoría de ellos, son personajes que atrapan por la animadversion que llegan a despertar en el lector. Todos mienten, todos ocultan algo y todos actúan buscando su propio interés.

La investigación policial del secuestro y asesinato está llevada de manera impecable, muy bien desarrollada, prestando atención al detalle y resultando creíble en todo momento, manteniendo un ritmo ágil que logra sorprender hasta las últimas páginas.

“Mejor muerto” es una novela de lo más disfrutable y entretenida, y que deja a Marcela en lo que parece un nuevo punto de inflexión en su vida. Sólo espero y deseo poder volver a saber de ella muy pronto.