Mejor muerto

Llega la tercera parte de la novela cuya protagonista es la Inspectora Pieldelobo.
Creo que todo estábamos deseando tener un siguiente “episodio” como en la televisión con un nuevo caso.
La vida de la Inspectora continúa, pero se puede leer de forma completamente independiente a los dos anteriores, porque si algo hay, es que la autora da unas pequeñas pinceladas a lo que pueda afectar del libro anterior que es poco en éste y lo suficiente para que no se pierda el ritmo de la trama y no nos quedemos sin saber información en el tintero.
Con un nuevo compañero, se estrenarán en el caso de un secuestro exprés de un gran empresario inmobiliario de la zona de la autora (lugar de ambientación de la novela, que todo quede en la terreta). Y que dará muchos giros completamente inesperados para marear y jugar con el lector para mantenerlo pegado a sus páginas.
Veremos corrupción, asesinatos, venganzas, daños colaterales, pero así es el mundo a esas escalas, todos queremos más cuanto más tenemos. Y el enemigo puede estar en cualquier parte.
A mí me ha encantado el libro porque Susana tiene un estilo particularmente muy trabajado. Nada está puesto por que sí. Se documenta mucho en cosas que perfectamente podría no entrar en detalle y dejarlo como simplemente un nombre y no especificar. Pero justo eso que especifica es lo que hace que a los amantes como yo del género nos haga más creíble la novela y nos haga estar atentos a cualquier detalle y no se nos escape nada.
De hecho, me encantaría poder hacer un directo con ella porque quiero que me explique cosas súper curiosas que he aprendido gracias a ella como la paciencia de los cocodrilos y que nos los explique y como se le ocurre. Hay una gran labor de documentación detrás que no me ha dejado indiferente.