Ambientada en Nueva York, esta historia nos habla de Alice, ella tiene una vida tranquila y aunque parece completa, hay cosas que no terminan de llenarle. En breve cumplirá los cuarenta años y su trabajo la tiene anclada al pasado ya que trabaja en el instituto donde estudió, sin hablar de su relación amorosa que no provoca en ella los sentimientos que debería. Y por último y más importante, su padre está enfermo e ingresado en el hospital y solo la tiene a ella, por lo que es su total responsabilidad y todos los días lucha con el miedo a perderlo. Todo esto parece una historia normal hasta que Alice despierta el día de su cumpleaños pero en vez de cumplir cuarenta cumple dieciséis y cuando se levanta encuentra a su padre joven, con vitalidad y lleno de fuerza. También se rencuentra con su pasado y sus antiguos amigos. · Si bien podéis pensar que al ser un viaje al pasado puede resultar extraño, este suceso se hace realidad para llegar a comprender las relaciones, la importancia de la familia y aprender a valorar lo que tenemos en el presente. Esta historia nos da una lección de vida, de la importancia del día a día y de la relación de Alice y su padre. Ha sido precioso ver la relación de Alice y Leonard en el pasado y ver a Alice disfrutando de su padre sabiendo lo que le espera en el futuro. Y mucho más importante...¿podrá cambiar cosas en su pasado y le servirá como una segunda oportunidad? La trama de esta historia ha sido el punto fuerte para mí, y todas las emociones y reflexiones me parecen muy interesantes, en cuanto a la escritura ha sido muy sutil, nada dramática y con capítulos cortos. Quizás lo que me ha fallado ha sido la conexión con la protagonista que no he llegado a empatizar demasiado. Aún así os recomiendo mucho esta historia con una trama diferente. |