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La premisa de este libro me llamaba mucho la atención: una distopía centrada en un mundo donde el agua es un bien muy escaso. El problema es que la ejecución de la idea no me ha convencido nada y, siendo sincera, he agradecido muchísimo que fuera corto. Por una parte toda la trama principal gira en torno a un personaje con el que es muy complicado conectar; tiene poca profundidad, su aparición es repentina y pasa de ser un desconocido a una persona muy importante para la protagonista en un demasiado corto periodo de tiempo. En general, los personajes son superfluos y no se llega a conocer a ninguno. Por otra parte, sabemos que lo que define ese mundo futurista es la escasez de agua potable pero, bajo mi punto de vista, no profundiza demasiado. Nos presenta piratas que comercian con ella, ecologistas radicales que la buscan, gobiernos que quieren tener el control… pero de forma demasiado superficial. No tengo pegas con el ritmo y la narración, ya que es lo que más puedo destacar. Un libro con una idea potente pero que se queda por el camino. Además, los diálogos no me resultaban naturales, demasiado informativos y directos. |
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