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La historia está contada por Lizzie, la más tranquila de la familia Morris. En una salida familiar (padre, madre, Lizzie, Luke y su amigo Clay), el padre se deja el mapa en casa por lo que se pierden en el camino yendo al zoológico; en eso al dar la vuelta para volver llegan hasta un cartel que anuncia que a un kilómetro y medio se encuentra un parque con el nombre de "Horrorlandia". Ni bien llegan al parque, estacionan y al bajarse del auto, éste explota... y para empeorar las cosas ¡no hay teléfonos en el parque! El padre se pone histérico por lo que la madre lo acompaña a buscar ayuda y los niños quedan solos recorriendo el parque. Los capítulos son cortos y la narración de Lizzie es por momentos graciosa y por otro lado espeluznante, ya que va narrando lo que viven al subirse a las atracciones como el Tobogán Maldito y la Casa de los Espejos. Para un lector adulto el libro puede no provocarle nada, pero a mí me ha encantado y me ha dado escalofríos más de una vez, ya que me recuerda a los capítulos de "Escalofríos" que veía cuando era más chica. Pero nada es lo que parece en ese parque, ya que constantemente hay giros que hace que todo termine de otra manera... y vuelve a empezar algo nuevo. Es una lectura sencilla, en ocasiones un poco plana, pero que si vieron la serie por televisión seguro lo recordarán con mucho cariño. Enlace: http://letrasplutonicas.blog.. |
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