Olalla

Un soldado herido de guerra llega al norte de España aconsejado por su médico para acelerar su recuperación. El lugar propuesto es un antiguo caserón, emplazado en mitad de la naturaleza donde nuestro protagonista esperar pasar unos días tranquilos y apacibles. Pero la familia con la que se aloja no es para nada convencional y rápidamente se dará cuenta de que hay algo turbio en ella. En la única en la que encuentra consuelo (y algo más) es en Olalla. Un amor desesperado e imposible que hace que finalmente la historia nos deje cierto sinsabor de boca.

Esta novela breve me ha sorprendido. El escritor sigue la misma cadencia, mantiene el hilo a lo largo de sus páginas pero la verdad es que siempre estamos pendientes de algo que va a ocurrir, un giro, un sobresalto... Algo. Pero ese algo no llega a aparecer. La presentación de nuestro personaje no incluye ningún tipo de descripción física y solo sabemos de él por sus acciones y, sobre todo, sus pensamientos. Llama la atención el nivel cultural que expone y, a la vez, el grado de obsesión casi enfermiza al que llega con Olalla, del tipo pensamientos parásito, repetitivos, incidentes e incesantes. La presentación de la familia es igualmente interesante, dejando intuir el problema de base pero no llega q ahondar por lo que, como he comentado anteriormente, nos queda cierta sensación de haber leído una novela de la que se podía haber extraído mucho más.